“Les digo, ¡Él pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?”. Lucas 18:8 (NTV)

 

¿Alguna vez les ha pasado que se enfrentan con la injusticia? Tal vez les han dicho que “así es la vida” o que “no hay nada que hacer,” pero la realidad es que hay mucho que hacer.

¿Se acuerdan de la mujer (la viuda) súper persistente en la Biblia? En cortas palabras, se vio con un juez injusto, pero no se dio por vencida. Ella fue persistente hasta que su petición fue concedida (Lucas 8:2) y ustedes pueden hacer lo mismo.

Dios tiene Sus planes para cada una de nosotras y todo se nos dará a Su tiempo perfecto, pero también dijo “ayúdate que yo te ayudare.” Él nos escucha y aún más cuando oramos con persistencia, pero ¿cómo se hace eso?

Practiquen la paciencia:

Sigan orando y luchando por lo que anhelan, pero recuerden que Dios sabe lo que es mejor para ustedes y les concederá lo que Él tiene planeado en Su tiempo perfecto.

Tengan fe en las promesas de Dios:

Den las gracias por lo que tienen y no solo se enfoquen en lo que no tienen. Recuerden, un arco iris solo sale después de la lluvia o tormenta. No pierdan la fe en Sus promesas.

Reconozcan que El las conoce más que ustedes se conocen a ustedes mismas:

Quizás nuestra petición todavía no ha sido contestada porque no estamos preparadas o en el lugar correcto en nuestras vidas para recibirlo. Pídanle al Señor que las capacite y las prepare para que pueda conceder sus peticiones.

Pongan atención:

Si sentimos que el Señor no contesta porque lo que le pedimos no es para nosotros, pidamos que nos dé una señal o que nos guie a tomar el paso correspondiente a la dirección que Él tiene para nosotros.

A Dios le gusta que nos mantengamos firmes en nuestra persistencia y fe hacia ÉL. Siempre acordémonos que no “que, cuando y como,” si no que todo está en las manos del Señor y Su tiempo y obras son perfectas. Aprendamos de la viuda y tengamos fe y persistencia en nuestra oración porque nuestras peticiones alcanzan el oído del Juez Justo.

escrito por: Mujer Victoriosa